Hacer ejercicio físico de forma regular, evitar el sedentarismo, mantenerse activo intelectualmente y controlar los factores de riesgo vascular como la hipertensión arterial y la diabetes
Realizar actividades que estimulen la función cerebral, como leer, escribir, bailar, escuchar música, aprender a tocar un instrumento, realizar actividades manuales, acudir a eventos culturales, resolver crucigramas y otros juegos de ingenio, aprender un idioma, viajar, conversar...estimulan la función cerebral.
Alejarse de la incomunicación y el aislamiento. Tener una actitud positiva ante la vida y evitar, o al menos aprender a gestionar, el estrés. La risa, puede ser el mejor aliado.
El sedentarismo, tan dañino para la salud cardiovascular, también es nocivo para nuestro cerebro. Por eso para mantener un cerebro sano practicar ejercicio físico moderado de forma regular, ya sea practicando un deporte o realizando uno o dos paseos diarios de al menos 30 minutos.
Llevar una dieta equilibrada y evitar el sobrepeso. Dieta baja en azúcares refinados y en grasas saturadas, pero rica en verduras, frutas y pescados. No abusar de la sal.
El tabaco, el alcohol y las drogas perjudican a nuestro cerebro y afectan a nuestras capacidades cognitivas.
Es importante dormir bien, tanto en términos de calidad como de cantidad. En adultos se recomienda dormir entre 7 y 9 horas diarias.
Realizar actividades que estimulen la función cerebral, como leer, escribir, bailar, escuchar música, aprender a tocar un instrumento, realizar actividades manuales, acudir a eventos culturales, resolver crucigramas y otros juegos de ingenio, aprender un idioma, viajar, conversar...estimulan la función cerebral.
Alejarse de la incomunicación y el aislamiento. Tener una actitud positiva ante la vida y evitar, o al menos aprender a gestionar, el estrés. La risa, puede ser el mejor aliado.
El sedentarismo, tan dañino para la salud cardiovascular, también es nocivo para nuestro cerebro. Por eso para mantener un cerebro sano practicar ejercicio físico moderado de forma regular, ya sea practicando un deporte o realizando uno o dos paseos diarios de al menos 30 minutos.
Llevar una dieta equilibrada y evitar el sobrepeso. Dieta baja en azúcares refinados y en grasas saturadas, pero rica en verduras, frutas y pescados. No abusar de la sal.
El tabaco, el alcohol y las drogas perjudican a nuestro cerebro y afectan a nuestras capacidades cognitivas.
Es importante dormir bien, tanto en términos de calidad como de cantidad. En adultos se recomienda dormir entre 7 y 9 horas diarias.
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