La alimentación saludable ha ganado prioridad entre la ciudadanía, pero la dieta occidental sigue incluyendo un exceso de carbohidratos de mala calidad y más grasas saturadas de lo recomendable.
Los carbohidratos de mala calidad como los procedentes de harinas refinadas (pan blanco, pastas, etc), verduras y cereales almidonados, papas, maíz y azúcares añadidos. Suponen el 42% de la ingesta calórica diaria de alimentos al modo occidental. Por el contrario, los carbohidratos de alta calidad, procedentes del grano entero y la fruta natural, solo suponen el 9% de las calorías consumidas.
En relación a las grasas, la mitad corresponde a las "grasas malas", las saturadas.
Los hábitos alimenticios empeoran a medida que los sujetos se van haciendo mayores.
La categoría socioeconómica y los adultos con mayor poder adquisitivo y niveles de estudios superiores han reducido los carbohidratos "malos" en su dieta.
Como se sabe, las calorías de mala calidad están asociadas con un aumento del riesgo de sufrir enfermedades.
Los carbohidratos de mala calidad como los procedentes de harinas refinadas (pan blanco, pastas, etc), verduras y cereales almidonados, papas, maíz y azúcares añadidos. Suponen el 42% de la ingesta calórica diaria de alimentos al modo occidental. Por el contrario, los carbohidratos de alta calidad, procedentes del grano entero y la fruta natural, solo suponen el 9% de las calorías consumidas.
En relación a las grasas, la mitad corresponde a las "grasas malas", las saturadas.
Los hábitos alimenticios empeoran a medida que los sujetos se van haciendo mayores.
La categoría socioeconómica y los adultos con mayor poder adquisitivo y niveles de estudios superiores han reducido los carbohidratos "malos" en su dieta.
Como se sabe, las calorías de mala calidad están asociadas con un aumento del riesgo de sufrir enfermedades.
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