No se puede delegar en otro el cuidado de uno mismo. Sabemos lo que cuesta sacar adelante a la familia.
Ser proactivo y no reactivo, es decir, ser dueño de nuestro propio destino y tener un control adecuado sobre lo que nos pasa.
Tener objetivos y prioridades bien claros. El tiempo es lo más valioso que tenemos.
Escuchar y entender a los demás para después buscar ser comprendidos. El secreto radica en escuchar.
Decidir como queremos vivir la vida, p.e. el hábito de cuidarse bien se va a desarrollar primero mediante pensamientos, luego vendrá el hábito.
El ejemplo de un buen vivir va ser recordado y a su vez irradiado.
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